
El Poder del Juego en el Desarrollo Infantil
El juego, además de ser un entretenimiento, es una actividad natural y necesaria que influye
notablemente en el desarrollo de los niños. Es un lenguaje, una manera de descubrir el mundo y una vía
para aprender aspectos esenciales. Mediante el juego, los niños desarrollan habilidades motrices,
cognitivas, emocionales y sociales que promueven su bienestar general.
¿Por qué es importante el juego en el desarrollo infantil?
Esta actividad da a los niños la oportunidad de experimentar diferentes emociones, al mismo
tiempo que desarrollan y ponen en práctica habilidades como la toma de decisiones, la creatividad o la
resolución de conflictos. Jugando aprenden a gestionar e identificar sus emociones, a fijar límites y a
respetar los del resto, entendiendo así cómo interactuar con el medio y con los demás.
Asimismo, jugar permite de forma segura explorar situaciones que, en otros entornos podrían ser
estresantes. Por ejemplo, jugar a “ir de compras”, “ser doctor” o “ser profe” ayuda a los niños a
acostumbrarse a roles de adultos, lo que les permite afrontar situaciones nuevas o que les podrían
causar ansiedad.
Tipos de juego y sus benecios emocionales
1) Simbólico: imitando al resto o “haciendo como si” fueran personajes de fantasía, promueven su
habilidad para empatizar con los demás, lo que les permite comunicar emociones que de otro
modo no sabrían gestionar.
2) En solitario: pese a que el juego en grupo es muy importante, no podemos olvidarnos de los
beneficios del juego en solitario. Con este tipo de actividad se fomenta la autonomía, la
creatividad y la habilidad de entretenerse por sí mismos.
3) De reglas: lo componen los juegos de mesa o las actividades con reglas sencillas entre otros.
De esta forma, aprenden a gestionar la frustración, a respetar los turnos de juego, a enfrentarse
tanto al éxito como a la derrota y a desarrollar su capacidad de autocontrol.
Consejos para fomentar un juego saludable
● Respetar su ritmo: deben ser ellos quienes guíen el juego. La libertad durante el mismo hace
que se sientan seguros y cómodos para expresarse. Es importante no sobrecargarles con
actividades estructuradas.
● Fomentar la variedad: diversos tipos de juegos, materiales, texturas, manualidades, etc., que
investiguen. Desde los juguetes más tradicionales hasta elementos del entorno y la naturaleza.
● Involucrarse sin dirigir: es una realidad que los niños disfrutan cuando sus padres o algún
adulto participa en sus juegos, sin embargo, no se nos puede olvidar que deben ser ellos
quienes tengan el control. De esta forma, se les da la confianza para dar rienda suelta a sus
ideas y no sentirse limitados.
Una herramienta de conexión emocional
El tiempo de juego compartido con los hijos fortalece el vínculo, genera recuerdos y
proporciona un entorno seguro para desarrollar una comunicación abierta y de conanza. El juego es
una oportunidad para conectar, ya que jugando se puede ver cómo los niños se expresan, comprender
sus preocupaciones y responder de forma adecuada a sus necesidades.
En conclusión, el juego en la infancia va más allá de la diversión, es una herramienta esencial
para el desarrollo. Aportarles un entorno seguro y tiempo para el juego es una apuesta segura a su
salud emocional y a su capacidad de adaptación al mundo. Como adultos, debemos facilitar esta etapa
acompañándolos y dándoles la libertad y el tiempo para ser niños.
Gabriela Alvear, Psicóloga en prácticas de máster en Camins Torrelodones.