LOS NIÑOS TIENEN DERECHO A ABURRIRSE
Cuando los niños están de vacaciones, los padres tienden a ocupar el largo tiempo del periodo vacacional en múltiples actividades. Pero, después de meses de esfuerzo, de actividades programadas, de prisas y de madrugones, todos necesitamos un periodo para relajarnos, divertirnos e imaginar… ¡para eso están las vacaciones!
Cuando no tenemos nada que hacer es cuando más fácilmente hemos echado mano de nuestra creatividad para imaginar y para buscarnos un entretenimiento digno de nuestras inquietudes.
Así que, en verano no os debéis de agobiar en programar y ocupar todas las horas del día de vuestros hijos con múltiples actividades, sino dejarles esa parcela para el aburrimiento en el que ellos pueden cultivar y recoger los frutos de su imaginación.
Muchos padres se preocupan y hacen de todo para mantener a los niños distraídos y ocupados, y eso no es correcto. Lo que deben hacer los padres es ayudarles y motivarles a gestionar el aburrimiento, es decir, enseñarles a sacar buen provecho de este tiempo en que no encuentra o no se anima a hacer nada.
El aburrimiento beneficia a los niños en:
- Implica que tienen tiempo libre.
- Les permite descansar y desconectar de la constante sobreestimulación de la vida diaria.
- Es un catalizador para el humor y la diversión.
- Fomenta el pensamiento, la reflexión y la inspiración
- Despierta la creatividad.
- Estimula el autoconocimiento, permitiéndoles conectar con ellos mismos.
Ana Egea, psicóloga de Camins