NO TE PASES DE LA RAYA: La importancia de poner límites
Si basamos la educación de nuestros hijos en el establecimiento de límites claros y bien definidos estaremos impulsando a que los niños se sientan seguros y con una autoestima fuerte y sana. Los límites sirven para diferenciar las buenas conductas de las que no lo son y hacen más fácil la convivencia familiar. Educar también es decir “no”, negarles sus deseos en ocasiones es necesario y los niños deben aprender a aceptarlo. En ocasiones la negación les produce frustración, pero como padres no debemos rendirnos ni ceder, ya que forma parte de su aprendizaje vital. Cuando aparecen los conflictos o las situaciones difíciles, las normas y límites que hayamos impuesto previamente nos guiarán hacia la mejor solución. Los niños sabrán qué pegar no está permitido y que por ese motivo no podrán ver sus dibujos preferidos. Los niños funcionan mejor cuando saben lo que va a pasar. Por el contrario, suelen reaccionar mal ante sorpresas o castigos inesperados.
También es importante adaptarnos a la edad de nuestro hijo, ya que no podremos exigirle lo mismo a un niño de 7 años que a uno de 10. Cuando el niño tiene entre 5 y 6 años la conducta inadecuada más recurrente en los niños es la desobediencia. Es fundamental que los padres les enseñen cómo hacer las cosas, pueden ayudarles o empezar pero que luego sean los niños los que terminen de hacerlo. Órdenes sencillas y de una a una y reforzar siempre lo que han hecho de forma correcta. De 6 a 12 años los padres pueden permitirse cierta flexibilidad, se pueden llevar a cabo pactos siempre que cumplan con sus deberes. Por último, cuando se trata de hijos adolescentes tiene mucha importancia la negociación, en esta etapa ya no valen las imposiciones por parte de los padres ya que los adolescentes suelen revelarse contra ellas. Negociar no es perder, es un pacto entre las partes en las que ambas ganan.
Psicología Infantil Torrelodones