OPERACIÓN MILAGRO: Cómo ir de vacaciones con mi hijo adolescente y no morir en el intento
Se acercan ya las vacaciones de verano, y con ellas un tiempo maravilloso para disfrutar de la familia. Probablemente a más de uno os de algo de “vértigo” el pensar en las horas de convivencia que os quedan por delante con vuestros hijos adolescentes, que ahora están sin colegio y con las rutinas alteradas.
Sin embargo, es muy importante aprovechar este tiempo de vacaciones, donde hay menos ruido externo (trabajo, llamadas, reuniones…) para poder pasar tiempo de calidad con nuestros hijos.
Especialmente en la adolescencia, cobra una especial importancia la vinculación afectiva y cercana con ellos, porque es una edad donde están aprendiendo a descubrirse y donde empiezan a cuestionarse muchos temas (sexualidad, relaciones sociales, orientación vocacional…) y sentir a sus figuras de referencia cerca, les va a dar mucha tranquilidad. La misma que a vosotros como padres os puede dar el hecho de que busquen respuesta a esas preguntas en vosotros.
En Camins os ofrecemos una serie de pautas que os pueden ayudar a la hora de establecer un buen vínculo con ellos y sacar provecho de estas vacaciones:
- Compartir tiempo de ocio juntos, donde realicéis planes que os gusten. Es bueno que dentro de esos planes hagáis algunos que elijan ellos y otros donde les toque ceder y disfrutar de una forma diferente.
- Es importante que mostréis interés por todas aquellas cosas que les gustan, como puede ser, la música que escucha, sus amigos, esa serie o ese videojuego que le encanta…De esta forma podréis conocerlos mejor y ellos os sentirán más cerca.
- Aprovechar las situaciones cotidianas para poder entablar conversaciones profundas sobre temas concretos. Como, por ejemplo, hablar de las relaciones de pareja a raíz de ver una película en familia donde se toca el tema.
- Tener actitud de apertura frente a cualquier cuestión que os puedan hacer. No se trata de consentirlo todo, sino de reforzar que os lo pregunten a vosotros como padres y hacerles ver lo bueno que es cuestionarse las cosas. Y una vez acogida la pregunta, darle respuesta.
Teresa Lamana, psicóloga de Camins