PSICODRAMA
El psicodrama fue desarrollado por Jacob Levy Moreno como una forma de psicoterapia que se basa en la dramatización de las diferentes situaciones problemáticas para las personas, con el fin de ayudarles a resolverlas. Inicialmente, fue concebida como una terapia grupal y, actualmente existen adaptaciones del psicodrama grupal a la terapia individual, también conocido como terapia psicodramática bipersonal.
La persona dentro del contexto grupal se apoya de sus compañeros, los cuales también son pacientes y actores a la vez, para desempeñar los diferentes roles de la escena a trabajar en cuestión. Cada escena representada es de carácter personal e individual ya que es la propia persona la que elige y da voz a los diferentes personajes de la escena que quiere sacar para que la representen. Aunque las escenas sean personales, también pueden ser terapéuticas para el resto de los miembros del grupo, ya sea por participar de manera activa o como simple espectadores.
A nivel individual o bipersonal, al carecer de actores, se pueden utilizar técnicas de apoyo como pueden ser aquellas basadas en la imaginación y en el lenguaje simbólico como la silla vacía, también nos podemos ayudar de materiales tales como cojines, revistas o pañuelos de diferentes colores y en el caso de los niños también se pueden utilizar muñecos o marionetas a poder ser lo más neutrales posibles.
Lo beneficioso del psicodrama es que nos permite guiarnos por nuestra parte emocional al volver a revivir la situación mediante la escenificación. Por lo general, tendemos a racionalizar aquello que nos sucede y el psicodrama lo que busca es conectar con las emociones a través de la acción, la espontaneidad, la empatía y las técnicas corporales.
El psicodrama es una propuesta de intervención que considera que los conflictos existentes son resultado de aquellas relaciones interpersonales (vínculos) que nos dañan. Se utiliza para los trastornos del ánimo, trastornos obsesivos, fobias, trastornos de alimentación, traumas, etc.
Nos ayuda a deshacernos de aquellas imposiciones regidas por la familia, la sociedad y la cultura y así poder definir nuestra propia identidad. Aprendemos a liberarnos de las máscaras para labrar nuestro propio camino de autoconocimiento.
Ada Simonnet Conde
Psicóloga de Camins